Descripción

El bosque silba una canción antigua.

Los árboles se comban,

se adormecen,

se bambolean…

[“El bosque”]

 

Hay grandes árboles como el ciprés y pequeños como el bonsai; hay árboles con nombres exóticos como el baobab, rotundos como el madroño, sonoros como el melojo. Los versos de «Arbolidades» nos transportan a los bosques: trama aérea de ramas que tiene su proyección subterránea en la red de raíces que les une, comunica y alimenta. Son espacios de serenidad y equilibrio, de reflexión y espiritualidad, de observación y conocimiento botánico. También son hogar y sustento de otras criaturas: aves, insectos, mamíferos, reptiles… El viento y la brisa, la lluvia y el arroyo, la tierra y la roca se moldean en este ecosistema de rica biodiversidad.

David Hernández Sevillano poetiza sobre el ciclo de la vida, la continua transformación de la materia orgánica a través de las estaciones; la madera trabajada por manos artesanas. La obra distinguida con el XII Premio Internacional Ciudad de Orihuela de Poesía para Niñas y Niños dialoga con el pasado y el futuro. Breves y profundos, de estos 35 poemas brotan imágenes literarias de gran belleza plástica. Y más allá del valor natural que atesoran -antítesis de lo artificial, lo plástico y lo consumista-, también celebran el bosque como lugar de juego y fiesta, de memoria y fantasía como hogar de seres mágicos.

Evocando los antiguos cuadernos de campo, las ilustraciones de Maite Mutuberria juegan con la dimensión simbólica de las hojas, transmiten el jubiloso colorido de la fauna y las flores. El protagonismo del verdor, a través de una versátil paleta de matices y texturas, proyecta un mensaje de vida y primavera. para transformar el mundo.